Cuatro semestres bastaron para tener una de las experiencias más gratificantes de mi vida, el juego, el teatro, la lectura, la escritura, el trabajo con los niños y finalmente el campo aportaron miles de elementos para mi formación personal y profesional, sin olvidar mi formación como ciudadano.
Después de esta experiencia en donde estuve acompañado por excelentes compañeros y una calidad de profesores a la altura del programa, puedo decir que este escalón fue el más corto pero muy probablemente el más dichoso; lo más lindo de todo el proceso fue el trabajo con niños de diferentes lugares, grados, edades y comportamientos. Todo el programa fue un reto constante en donde pude determinar que lo que estaba estudiando era para mí y que estudié allí por convicción, amor a la profesión y ante todo a los niños.
Como un aporte a los próximos en adentrarse en esta experiencia, les puedo decir que es muy bonita, significativa y única, que mas que una salida puede ser una entrada a un mundo mágico como lo es la docencia.
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